Ernesto Naranjo
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Podemos definir como el triunfo del amor sin límites ni medidas lo que vivimos en esta boda en el Mirador de la Dehesa. Una chica belga que se viene a estudiar a España, y acaba enamorada de una española. Un halo mágico en sus miradas que desprendían una ilusión desbordante. Decidme ahora, que el de Celia y Capucine no es un amor de película.
El lugar elegido para darse el sí quiero, fue el Mirador de la Dehesa. Una excelente finca que se alza entre montes frente al castillo de Caracuel de Calatrava. Un enclave único en el que los invitados quedaron maravillados del fantástico paisaje manchego en una tarde de verano para el recuerdo. La celebración consistió en una cena tipo cóctel bajo un cielo cubierto de estrellas.
Aunque la ceremonia se celebró en España, esta se llevó a cabo tanto en francés como en español. Contaron dos oficiantes de ceremonias de auténtica excepción, que llevaron el acto en los dos idiomas y con mucho dinamismo. Un coro de amigos de las novias amenizó la ceremonia con varias canciones francesas.
Celia quiso vestirse de novia en su residencia familiar en su pueblo natal, Ballesteros de Calatrava, que se encuentra muy cercano a Caracuel de Cva. Al ver el patio nos quedamos prendados, y quiso vestirse en el exterior junto a su llamativa pared amarilla, que combinaba perfectamente con los girasoles de su ramo de novia. Capucine también aprovechó el exterior de la finca, donde nos dejó divertidos momentos mientras se vestía.
Siempre llevaremos en el corazón a Capucine y Celia, y su boda en el Mirador de la Dehesa, por muchos motivos. Entre otros, porque una de sus fotografías, fue premiada por Unionwep.
Si te ha gustado esta boda en el Mirador de la Dehesa entre una belga y una manchega, puedes ver una boda internacional en la finca La Peralosilla, entre un británico y una manchega, pinchando aquí.