Ernesto Naranjo
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Como broche de oro a la temporada 2022, tuve la oportunidad de documentar una boda en dos lugares realmente encantadores. Y es que una boda en la Ermita de Alarcos siempre guarda un aura romántica, y a nosotros nos trae el mejor de los recuerdos. Y la posterior celebración en Hacienda la Membrilleja sólo pone el listón aún más alta. Desde el momento en que Javier e Isabel nos dieron la responsabilidad de ser su fotógrafo de boda, supe que sería una experiencia fotográfica única y emocionante.
La Ermita de Alarcos, con su arquitectura impresionante y su historia fascinante, proporcionó el escenario perfecto para capturar momentos inolvidables. Mientras los invitados llegaban y se preparaban para la ceremonia, me sumergí en la belleza del lugar y comencé a visualizar las tomas que quería lograr. Cada detalle, desde la luz que filtraba a través de su precioso y característico rosetón, hasta las expresiones de los novios, inspiraba mi creatividad y me motivaba a capturar la esencia de ese día tan especial.
Una vez que la ceremonia comenzó, me concentré en capturar cada emoción y cada instante fugaz. El desafío de encontrar el ángulo perfecto, la iluminación correcta y el momento preciso era apasionante y gratificante. Me movía con fluidez a través del lugar, buscando las mejores tomas y ajustando mi enfoque para capturar la esencia de cada momento.
Y es que, una boda navideña en una ermita medieval en Ciudad Real es el escenario perfecto para un enlace lleno de magia y tradición. La pequeña ermita, rodeada de los ecos de la historia, se viste de luces cálidas que se entrelazan con el ambiente festivo de la Navidad. Las paredes de piedra, testigos silenciosos de siglos de historia, ofrecen un marco íntimo y romántico para la ceremonia, donde las campanas resuenan suavemente mientras la pareja se promete amor eterno.
Después de la ceremonia, nos dirigimos a la Hacienda la Membrilleja que se vistió de gala y se llenó de detalles navideños: árboles decorados, mesas con acebo, velas… todo para conseguir un ambiente acogedor y festivo. El contraste entre la elegante Ermita de Alarcos y la encantadora hacienda añadió variedad y riqueza visual a mi trabajo. Desde los impresionantes jardines hasta los acogedores rincones, cada rincón de la hacienda ofrecía oportunidades fotográficas únicas.
Durante el resto del día, me sumergí en la celebración, capturando risas, lágrimas y momentos de pura alegría. Cada imagen que tomaba era una pieza del rompecabezas que contaba la historia de esta boda especial y única. El aire fresco de la campiña y los aromas de la cocina manchega dan el toque perfecto a una fiesta que se prolonga hasta altas horas, entre brindis, risas y una sensación de complicidad que solo una boda en estas fechas tan especiales puede ofrecer. Cuando la celebración tocaba a su fin, me sentí agradecido por haber sido parte de ese día y por haber tenido la oportunidad de capturar momentos que perdurarán para siempre en la memoria de los novios y sus seres queridos.
La experiencia de fotografiar una boda en la Ermita de Alarcos y la Hacienda la Membrilleja fue verdaderamente inolvidable. Cada desafío, cada momento memorable y cada emoción capturada me recordaron la belleza y la magia de la fotografía. Estoy agradecido por la oportunidad de haber podido documentar ese día especial. No hay nada que me motive más que seguir creando recuerdos a través de mis fotografías.
Papelería: IT Ilustration | Traje Novio: Old Jeffrey | Vestido Novia: Atelier MyC | Zapatos : Flor de Asoka | Ramo & Decoración Floral: El Jardín Romántico | MUAH: VerdeAgua Novias | Finca: Hacienda la Membrilleja
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